Lima es bonito, pero vale menos de lo que cuesta
Cusco 2 y Lima
22.04.2013 - 23.04.2013
23 °C
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Latan+Europa+Natal (MCEN)
en el mapa de AMLATMDQ.
Nos levantamos con ganas de ir a desayunar al mercado, realmente era barato, y toda una experiencia.
Pero…. Llegamos y estaba cerrado!
Todos los dueños de los puestos en la calle, mientras desde afuera manguereaban el mercado, como si se estuviera prendiendo fuego.
Preguntamos a que se debía, y nos dijeron que lo limpiaban 2 o 3 veces al año (solamente). Y justo nos tocó este domingo! Mala suerte.
Nos tomamos un taxi a la terminal. Por suerte, cuando llegamos nos pusimos a preguntar precios y horarios, y justo encontramos uno que estaba en promoción, y que además de costar menos, salía en 10 minutos, tenía servicio a bordo, y se podía pagar con tarjeta. Mejor imposible. Eso si, en la tele del bus nos tuvimos que aguantar unos videos musicales de los 80-90s muy bizarros, hasta el de la lambada tenían!
Al llegar a Lima, camino a la terminal, pasamos por la zona donde estaba el hotel que teníamos visto. Claro, era barato porque la zona era como Warnes jaja. Y además quedaba lejos de las atracciones. Por lo que rápidamente decidimos ir a buscar otro hotel, más cerca de Miraflores.
Los buses públicos de lima son muy particulares. Son todas pequeñas combis, muy viejas y descuidadas, en las que un empleado maneja, y el otro va colgado de la puerta gritando todas las paradas, y SIEMPRE apurando a los pasajeros para que suban y bajen. Al principio aturde un poco, pero luego uno se acostumbra. De mas está decir que los tamaños de los asientos, y los espacios entre ellos, son para peruanos. Se entiende no?
Una vez en Miraflores, buscamos hostel, y todos realmente muy caros. Ni que Lima fuera Bariloche.
Después de recorrer varios, nos quedamos en el Flying Dog, que era uno de los mas baratos, y mejorcitos. Realmente tenía todo lo que uno espera de un hostel: una cocina equipada, una zona compartida bien acondicionada, varios baños compartidos, y todo muy limpio y ordenado. Funcionaba el agua caliente, la tele por cable, el wi-fi, y la atención fue realmente excelente.
Pero, realmente era caro, y decidimos que solo nos quedaríamos una noche en Lima en lugar de las 2 programadas.
Nos acomodamos, almorzamos, y fuimos a recorrer el centro histórico.
Queríamos ver un espectáculo de aguas danzantes muy recomendado, pero estaba cerrado los lunes y martes. Una lástima.
Una vez en el centro, no hay demasiado para ver. La plaza, la municipalidad, la catedral, y algunos parques. Luego de recorrer, de lejos vimos un lugar que ya estaba marcado en el mapa, y que aunque tenía un nombre gracioso, no teníamos idea de que era. Se llama “Polvos Azules”. Y era un edificio que estaba aún como a 5 cuadras, ya en una zona no muy recomendable. Optamos por no ir. Más adelante nos enteraríamos que “Polvos Azules” era como un Shopping estilo La Salada jaja, no nos perdimos nada.
Como en todas las ciudades más o menos grandes, uno debe cuidarse de los robos, y G estuvo bastante cuidadosa de su mochila todo el día. Pero casi al final, se descuidó unos minutos y se puso la mochila en la espalda. Fue suficiente, para que luego de 5 minutos, no más, D se diera cuenta que tenía un bolsillo pequeño abierto. G lo revisó, pero parecía no faltar nada. Lo gracioso de esta anécdota, es que durante los 15 días siguientes, cada vez que G no encontraba algo, decía “ya sé lo que me robaron en Lima”, pero al rato aparecía, y así seguimos hasta el día de hoy, recordando el NO robo.
Volvimos al hotel, y nos pusimos a buscar donde quedaba la terminal a donde iríamos a sacar los pasajes la mañana siguiente, para irnos a la noche. Estaba a 5 cuadras de donde habíamos estado esa tarde
Nos levantamos y fuimos a sacar los pasajes. Al llegar, la vendedora nos ofrece uno, que para nosotros era caro, y le preguntamos por el “económico”. La empleada se sonrió (por no decir que se cag% de risa), y luego entenderíamos por qué.
Ese día, conocimos a Cande y Noe, 2 argentinas que estaban viajando también, y que iban para Máncora como nosotros.
Antes de irnos, fuimos a conocer la playa de Lima. Al principio había muchísima neblina, tanto que desde el acantilado sobre el que está la ciudad no se veía la playa. Pero luego el día fue mejorando y se despejó y pudimos ver lo bonito que es Lima, sobre todo esa zona de Miraflores. D se quedó con ganas de quedarse un día más en Lima, pero bueno, ya teníamos los pasajes.
Aunque salimos hacia la terminal con bastante tiempo de sobra, el tránsito era terrible y la combi tardó muchísimo, y hasta tuvimos que correr (sí, correr) 5 cuadras cargados con las 4 mochilas.
Llegamos en punto, y por suerte la organización para subir era bastante defectuosa, y todavía había gente despachando cosas.
Subimos, y entendimos que el “económico” tenía unos haciendo muy pequeños, y que no se reclinaban prácticamente. Iba lleno de gente local, que llevaba muchos bultos, nenes, de todo. Por algo costaba la mitad. Iba a ser un largo viaje. Y así fue. Subió y bajó gente muchas veces, hicimos muchas paradas, y subieron muchísimos vendedores. A veces subía uno que vendía algo, y a los 15 minutos subía otro que vendía lo mismo. Lo extraño es que vendían muchísimo! Allí conocimos los “king kong”. Son como un alfajor gigante, que en vez de relleno de dulce de leche, tienen “manjar blanco”. Y como muchos vendedores se jactan de que otros los venden “huecos” en su interior “y el de ellos es relleno de PURO manjar blanco”, abren uno, y lo cortan y se lo van dando de probar a los pasajeros.
Ya estábamos acostumbrados a esto, pero el que de verdad nos molestó fue un vendedor que subió a las 6 AM, con todo el bus durmiendo, y encima el vendedor le dice al chofer “prendeme, prendeme las luces” y el chofer las prendió. 2 hdp.
Les dejamos unas fotos. El resto las pueden ver aquí.
Publicado por AMLATMDQ 13:43 Publicado en Perú Tagged peru lima